Un Ladrón en la Noche

(A Thief in the Night)

Note que aun la analogía de Jesús acerca del “ladrón en la noche” se contiene dentro del contexto de las señales que reveló para que sus discípulos estuvieran alertas a su regreso. Así que la analogía del “ladrón en la noche” no puede ser usada correctamente para probar que alguien tiene una idea sobre cuándo ocurrirá el regreso de Jesús.

Ambos, Pablo y Juan usaron la analogía “ladrón en la noche” cuando estaban escribiendo acerca del día del Señor (ver 1 Tesalonicenses 5:2-4; 2 Pedro 3:10). Ellos creyeron que esta analogía aplicaba a la ira que Jesús expresaría en su regreso hacia el final o cerca del final de los siete años de tribulación. Sin embargo, Pablo le dijo a sus lectores, “pero vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón” (1 Tesalonicenses 5:4). Él interpretó correctamente la analogía de Jesús, sabiendo que aquellos que estuvieran alertas a las señales y fueran obedientes al seguir a Jesús, no estarían en tinieblas, así que la venida del Señor no los tomaría por sorpresa. Para ellos, Jesús no vendría como ladrón en la noche. Sólo aquellos que viven en tinieblas serán sorprendidos, lo cual fue exactamente lo que Jesús enseñó. (Ver también, como Jesús usa la frase “ladrón en la noche” en Apocalipsis 3:3 y en 16:15, donde se usa como referencia de su venida en la batalla de Armagedón).

A partir de este punto en el discurso de los olivos, Jesús repetidamente amonestó a sus discípulos a estar listos para su regreso. Al mismo tiempo, también les dijo cómo podían estar listos, recitándoles las parábolas del siervo infiel, las diez vírgenes, y los talentos, y después profetizó acerca del juicio de las ovejas y los cabritos (todos valiosos de leer). En casi todos los casos, El les advirtió que el infierno espera por aquellos que no estén listos en su venida (ver Mateo 24:50-51; 25:30, 41-46.) La forma de estar listos es que Él nos encuentre haciendo su voluntad cuando regrese.[1]


[1] Claramente, para que Jesús advirtiera a sus discípulos más cercanos acerca de no estar listos para su regreso, es porque existía la posibilidad de que no estuvieran listos. Si les advirtió acerca de una pena de eterno castigo por no estar listos por causa del pecado, entonces existía la posibilidad de que ellos perdieran la salvación por causa del pecado. Esto nos debe enseñar a nosotros acerca de la importancia de la santidad, y sobre la ignorancia de aquellos que dicen que es imposible para los creyentes perder su salvación.

 

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Capítulo Veintinueve – El Rapto y los Tiempos Finales » Un Ladrón en la Noche

Su Demora

(His Delay)

Mirando a lo largo de los últimos 2,000 años, nos damos cuenta que Jesús no regresó tan pronto como los apóstoles habían esperado. Aun en sus días, había algunos que dudaban acerca de que Jesús nunca regresaría, debido a que le vieron partir. Por ejemplo, en los días de Pedro (ver 2 Pedro 1:13-14), Jesús todavía no había vuelto, y Pedro se dirigió a aquellos que dudaban de su venida en su carta final:

“Sabed ante todo que en los últimos días vendrán burladores, andando según sus propias pasiones y diciendo: “¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación”. Estos ignoran voluntariamente que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua. Pero los cielos y la tierra que existen ahora están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. Pero, amados, no ignoréis que, para el Señor, un día es como mil años y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche. Entonces los cielos pasarán con gran estruendo, los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (2 Pedro 3:3-10).

Pedro afirmó que el retraso de Jesús se debía a su amor y gracia para que la gente tenga más tiempo de arrepentirse. Pero también dijo que no había ninguna duda acerca del retorno de Jesús. Cuando vuelva, vendrá con gran ira.

La Escritura es muy clara, como veremos, esta ira de Jesús a su regreso será precedida por tribulaciones mundiales y la ira de Dios sobre los incrédulos. Muchos de estos eventos del tiempo futuro se encuentran en el libro de Apocalipsis. Como lo veremos más adelante en nuestro estudio, la Escritura indica que habrá siete años de tribulación. No hay duda de que el rapto de la iglesia tomará lugar en algún punto cerca o dentro de esos años de tribulación.

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Capítulo Veintinueve – El Rapto y los Tiempos Finales » Su Demora

Su Retorno—¿Una Sorpresa Completa?

(His Return—A Complete Surprise?)

Un argumento que se usa con frecuencia en contra de la idea de que el rapto ocurrirá cerca o al final de la tribulación es que su retorno no será una sorpresa como Jesús (supuestamente) dijo, debido a que tal retorno será anticipado por los eventos antes de la tribulación. Debe existir un rapto antes de la tribulación, ellos dicen, o de otra forma los creyentes no necesitarían estar listos y alertas como la Escritura lo dice, sabiendo que deben pasar siete años o más antes del retorno de Jesús.

Sin embargo, en contra de esta objeción, está el hecho de que el punto principal de todo el discurso de los olivos de Jesús era asegurar que sus discípulos estuvieran listos para su retorno hacia el final de la tribulación, y les reveló muchas señales que precederían su venida. ¿Por qué el discurso de los olivos presenta tantas amonestaciones acerca de estar listos y alertas aun cuando Jesús sabía que su retorno sería muchos años después de que Él hablara estas palabras? Aparentemente Jesús creía que los cristianos necesitaban estar listos y alertas aun si su retorno tardara muchos años. Los apóstoles que en sus cartas amonestan a los creyentes diciéndoles que deben estar listos y alertas para la venida del Señor, solamente están imitando a Jesús.

Además, aquellos que creen que el rapto antes de la tribulación es el único que justifica la presencia de amonestaciones acerca de estar listos, tienen otro problema. De acuerdo con ellos, la primera venida de Cristo precede el final de la tribulación por siete años. Así que la primera venida de Jesús no puede pasar en cualquier momento, sino que debe ser exactamente siete años antes del final de la tribulación. Por esto, en realidad, no es necesario esperar que Cristo venga, hasta que tomen lugar los eventos mundiales que anteceden los siete años de tribulación, eventos que ciertamente pueden ser anticipados y asegurados.

La mayoría de los que hablan acerca del rapto antes de la tribulación, si son honestos, dirán que Jesús no retornará hoy o mañana debido a la situación política del mundo. Todavía hay eventos proféticos que deben cumplirse antes de que los siete años de tribulación comiencen. Por ejemplo, como aprenderemos pronto del libro de Daniel, el anticristo hará un pacto con Israel por siete años, y esto marcará el principio de la tribulación. Por esto el rapto, si ocurre siete años antes del final de la tribulación, debe ocurrir cuando el anticristo haga su acuerdo de siete años con Israel. Antes de que ocurra algo en el mundo político que haga este escenario posible, no hay necesidad de que los teóricos del rapto pre-tribulación esperen el regreso de Jesús.

Además, aquellos que creen en el rapto antes de la tribulación, que también creen que Jesús retornará al final de la tribulación, creen que la fecha exacta de la segunda venida de Jesús puede ser calculada. Una vez que el rapto ocurra, lo que Jesús dijo, que sólo el Padre lo sabe, puede ser calculado contando siete años después.

De nuevo, recordando lo que Jesús dijo, queda claro que Él no quería que su retorno fuera una sorpresa completa. De hecho, Él deseaba que su venida fuera anticipada por ciertos eventos de la tribulación. Simplemente, Jesús no quería que sus discípulos no estuvieran preparados, como no lo estaría el mundo. Él continuó su discurso de los olivos:

“Pero como los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre, pues como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del hombre. Entonces estarán dos en el campo: uno será tomado y el otro será dejado. Dos mujeres estará moliendo en un molino: una será tomada y la otra será dejada.[1] Velad, pues, porque no sabéis a qué hora a de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiera a qué hora el ladrón habría de venir, velaría y no lo dejaría entrar en su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora que no pensáis” (Mateo 24:37-44).

De nuevo, Jesús indiscutiblemente se preocupaba porque sus discípulos estuvieran listos para su venida. Esto de hecho, era la razón principal de todo lo que Él dijo antes y después de este punto en el discurso de los olivos. Sus muchas amonestaciones acerca de estar listos y alertas no son una indicación de que su retorno sería una sorpresa completa, sino una indicación de lo difícil que sería en medio de la adversidad de los tiempos el mantenerse listo y alerta. Esto quiere decir que aquellos que están esperando un rapto en cualquier momento antes de la tribulación, pensando que están más listos que otros cristianos, puede ser que no estén listos para lo que van a enfrentar. Si ellos no esperan ninguna tribulación y de pronto se encuentran en medio de una persecución mundial bajo el reino del anticristo, la tentación de apartarse los puede hacer caer. Es mejor estar preparado para lo que la Escritura verdaderamente enseña que va a ocurrir.

Y de nuevo, si le preguntaras a Pedro, Santiago o Juan cuándo esperaban el regreso de Jesús, te hubieran contado sobre todas las señales que Jesús les dijo que ocurrirían antes de su retorno. Ellos no esperaban ver a Jesús antes del periodo de la tribulación o el levantamiento del anticristo.


[1] Realmente no hay ninguna diferencia si la persona que está sufriendo juicio en estos ejemplos es la que es tomada o dejada, como se debate con frecuencia. El punto es que algunos estarán listos para la venida del Señor y algunos no lo estarán. Su buena disposición determinará su destino eterno.

 

Otra Objeción

(Another Objection)

Algunos tienen otra objeción en contra de que el rapto ocurrirá cerca o al final de la tribulación usando la base bíblica que dice que el justo nunca será castigado con el injusto, dando como prueba los pasajes que hablan de Noé, Lot y los israelitas en Egipto.

Ciertamente tenemos una buena razón para creer que el justo no sufrirá la ira de Dios durante los siete años de tribulación, pues esto contrastaría con tantos precedentes bíblicos y promesas (ver, por ejemplo, 1 Tesalonicenses 1:9-10; 5:8).

Sin embargo, Jesús dijo que el justo sufriría en el tiempo de la gran tribulación. No será en las manos de Dios, pero sí en las manos de los injustos. Los cristianos no están exentos de la persecución—a ellos se les promete persecución. Durante los siete años de tribulación, muchos creyentes perderán sus vidas (ver Mateo 24:9; Apocalipsis 6:9-11; 13:15; 16:5-6; 17:6; 18:24; 19:2). Muchos serán decapitados (ver Apocalipsis 20:4).

Por esto, si cada creyente en cierta nación es mártir, nada podrá prevenir la venida de la ira de Dios sobre toda la nación. Y ciertamente, si hay creyentes dentro de una nación, Dios es capaz de protegerlos de Sus juicios, en tanto caen en manos de los injustos. Durante sus juicios en el tiempo de Moisés, Dios probó eso. Dios ni siquiera permitió que un perro ladrara en contra de un israelita, mientras que juicio tras juicio caía sobre los egipcios vecinos (ver Éxodo 11:7). De la misma manera, leemos en el libro de Apocalipsis de langostas que llegarán a la tierra para atormentar a los perdidos por cinco meses, pero no se les permite atormentar a los 144,000 siervos judíos que serán sellados con una marca especial en sus frentes (ver Apocalipsis 9:1-11).

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Capítulo Veintinueve – El Rapto y los Tiempos Finales » Otra Objeción

Señales en los Cielos

(Signs in the Sky)

Jesús continuó:

“Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del hombre en el cielo, y todas las tribus de la tierra harán lamentación cuando vean al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Enviará sus ángeles con gran voz de trompeta y juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” (Mateo 24:29-31).

Las imágenes en esta sección del discurso de los olivos de Jesús debieron haber sido conocidas para los judíos de ese tiempo, pues eran las mismas imágenes usadas desde el tiempo de Isaías hasta Joel acerca del juicio final de Dios para el fin del mundo, lo que frecuentemente es referido como “el día del Señor”, cuando el sol y la luna sean oscurecidos (ver Isaías 13:10-11; Joel 2:31). Entonces todos los habitantes del mundo verán a Jesús retornar en su gloria y se lamentarán. Entonces los ángeles de Jesús juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro, indicando que, en realidad, los creyentes serán arrebatados en el cielo para reunirse con Jesús en el aire, y esto pasará al sonido de “la gran trompeta”.

Otra vez, si le hubieras preguntado a Pedro, Santiago o a Juan en este punto del discurso de los olivos de Jesús, si Jesús retornaría por ellos antes o después del tiempo del anticristo y la gran tribulación, ellos ciertamente contestarían, “después”.

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Capítulo Veintinueve – El Rapto y los Tiempos Finales » Señales en los Cielos

Los Falsos Mesías

(False Messiahs)

Jesús explicó muy bien a sus discípulos la importancia de no ser engañados por falsos Cristos:

“Entonces, si alguno os dice: “Mirad, aquí está el Cristo”, o “Mirad, allí está”, no lo creáis, porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si es posible, aun a los escogidos. Ya os lo he dicho antes. Así que, si os dicen: Mirad, está en los aposentos, no lo creáis, porque igual que el relámpago sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del hombre. Dondequiera que esté el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas” (Mateo 24:23-28).

Note otra vez el uso que Jesús hacía del pronombre personal ustedes. Su audiencia en el monte de los olivos esperaba estar viva para ver a los falsos cristos y a los falsos profetas que harían grandes milagros. Y ellos esperaban estar vivos para ver el retorno de Jesús en los cielos como un relámpago.

Por supuesto que el peligro de seguir a estos falsos cristos en ese tiempo será muy grande, porque la persecución en contra de los creyentes será tan horrible y los falsos cristos y los falsos profetas convencerán a muchos con sus milagros. Por esto es que Jesús repetidamente advirtió a sus discípulos acerca de lo que ocurriría antes de su retorno. Él no quería que ellos se desviaran del camino correcto. Los verdaderos creyentes esperarán el retorno de Jesús en los cielos como un relámpago, mientras que aquellos que no son verdaderos seguidores serán atraídos por los falsos cristos como los buitres son atraídos por la carroña en el desierto.

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Capítulo Veintinueve – El Rapto y los Tiempos Finales » Los Falsos Mesías

Mártires y Sobrevivientes

(Martyrs and Survivors)

Aunque Jesús ya había dicho que los creyentes perderían sus vidas (ver 24:9), no todos aparentemente la van a perder, porque Él prometió que aquellos que permanecieran hasta el fin serían salvos (ver 24:13). Esto quiere decir que si ellos no se dejan influenciar por falsos cristos o falsos profetas y resisten la tentación de abandonar su fe y apartarse, ellos serán salvos, o rescatados, por Cristo cuando vuelva por ellos en los cielos. Este tiempo futuro de rescate y tribulación fue también revelado al profeta Daniel, al que se le dijo,

“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo. Será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen inscritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados: unos para vida eterna, otros para vergüenza y confusión perpetua” (Daniel 12.1-2).

La salvación todavía se dará por gracia aun en estos días, pues Jesús prometió que el evangelio sería proclamado a todas las naciones (literalmente a “todos los grupos étnicos y tribus”), dando así una oportunidad final para el arrepentimiento, y después vendrá el fin.[1] Es interesante que en el libro de Apocalipsis podamos leer lo que podría ser el cumplimiento de la promesa de Cristo:

“En medio del cielo vi volar a otro ángel que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los habitantes de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo. Decía a gran voz: temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado. Adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apocalipsis 14:6-7, énfasis agregado).

Algunos han pensado que la razón por la cual un ángel proclama el evangelio en ese entonces es debido a que en el tiempo de los siete años de tribulación, el rapto ya habrá ocurrido y todos los creyentes se habrán ido. Pero por supuesto que esto es especular.


[1] Esta promesa es a veces sacada de su contexto, y se dice con frecuencia que antes de que Jesús venga, tenemos que finalizar el trabajo de evangelismo en el mundo. Pero dentro de su contexto, esta promesa habla de una proclamación final del evangelio a todo el mundo antes del fin.

 

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Capítulo Veintinueve – El Rapto y los Tiempos Finales » Mártires y Sobrevivientes

La Tribulación Mundial Comienza

(Worldwide Tribulation Begins)

“Entonces os entregarán a tribulación, os matarán y seréis odiados por todos por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se odiarán. Muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Pero el que persevere hasta el fin, este será salvo. Y será predicado este evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:9-14, énfasis agregado).

De nuevo, si les hubieras preguntado a esos que escucharon a Jesús ese día, “¿esperas estar vivo para cuando todas estas cosas se lleven a cabo?” Ellos ciertamente hubieran contestado afirmativamente. Jesús continuaba usando el pronombre personal ustedes.

Como lo acabamos de leer, después del “principio de dolores”, vendrán eventos que ciertamente todavía no han ocurrido, un tiempo de persecución mundial de los cristianos sin precedentes. Seremos odiados por “todas las naciones” o literalmente por “todos los grupos étnicos y tribus”. Jesús estaba hablando de un tiempo específico donde esto ocurriría, no un tiempo general de más de cien años, pues Él dijo en la siguiente oración, “muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se odiarán”.

Sus palabras claramente hablan de la caída de varios creyentes cristianos que odiarán a otros creyentes, pues los no creyentes no pueden caer, y ellos ya se odian los unos a los otros. Por esto, cuando la persecución mundial comience, el resultado será una gran apostasía de muchos que decían ser seguidores de Cristo. Aunque sean verdaderos o falsos creyentes, ovejas o cabritos, muchos caerán, y ellos revelarán la identidad de otros creyentes a las autoridades que los persiguen, odiando a aquellos que antes amaban. El resultado será la purificación de la iglesia alrededor del mundo.

También surgirán los falsos profetas, sobre todo uno que es figura prominente en el libro de Apocalipsis como el cómplice del anticristo (ver Apocalipsis 13:11-18; 19:20; 20:10). La injusticia aumentará hasta llevarse el poco amor que quede en los corazones de las personas, y los pecadores serán implacables.

La Última Revelación de Daniel

(Daniel's Last Revelation)

Otro pasaje interesante de Daniel que todavía no hemos considerado se encuentra en los trece versos finales de este sorprendente libro. Éstas son palabras pronunciadas a Daniel por un ángel. Leámoslo a continuación junto con mis comentarios:

“En aquel tiempo se levantará Miguel [el ángel], el gran príncipe que está de parte de los hijos del pueblo. Será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces [esta sería la misma aflicción de la que Jesús habló en Mateo 24:21]; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro [esto puede ser una referencia a la huída de los judíos o al rescate de los creyentes en el rapto]. Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados: unos para vida eterna, otros para vergüenza y confusión perpetua [la resurrección de los justos y los injustos]. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas, a perpetua eternidad [después de su resurrección los justos recibirán un nuevo cuerpo que brillará con la gloria de Dios]. Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá y la ciencia aumentará [los avances asombrosos en el transporte y en conocimiento durante el siglo pasado cumplen de la misma manera esta profecía].

Yo, Daniel, miré y vi a otros dos que estaban en pie, uno a este lado del río y el otro al otro lado. Y dijo uno al varón vestido de lino que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuándo será el fin de estas maravillas? Oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su mano derecha y su mano izquierda al cielo y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo [tres años y medio de acuerdo con lo que leemos en Apocalipsis 12:6 y 12:14]. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas se cumplirán [Como Daniel 7:25 nos dijo acerca de que los santos estarían en las manos del anticristo por tres años y medio, aquí parece obvio que estos son los últimos tres años y medio de los siete años de tribulación. El final de todos los eventos dichos por el ángel ocurrirá cuando el “poder de los santos” sea “quebrantado”.] Yo oí, pero no entendí. Dije entonces: Señor mío, ¿Cuál será el fin de estas cosas? Él respondió: anda Daniel pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán limpios, emblanquecidos y purificados [por medio de la tribulación, sin duda]; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá; pero los entendidos comprenderán. Desde el tiempo en que sea quitado el sacrificio continuo hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días [esto no se debe interpretar como el tiempo entre estos dos eventos, porque ambos ocurren a la mitad de los siete años. Más bien, debe interpretarse que desde el momento en que estos dos eventos se lleven a cabo, habrá 1,290 días hasta que algo muy importante ocurra al final. Mil doscientos noventa días son 30 días más que tres años y medio de 360-días año, un periodo que repetidamente es mencionado en los pasajes proféticos de Daniel y Apocalipsis. El por qué se añaden estos 30 días extra es un asunto de especulación. Para agregar más a este misterio, el ángel le dijo a Daniel:] Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días [así que ahora tenemos otros cuarenta y cinco días de misterio]. En cuanto a ti, tú irás hasta el fin y reposarás, y te levantarás [la propia promesa de resurrección de Daniel] para recibir tu heredad al fin de los días” (Daniel 12:1-13).

Obviamente, algo muy maravilloso ocurrirá al final de esos 75 días extra. Tendremos que esperar para ver.

Sabemos al leer los últimos capítulos de Apocalipsis que hay muchos eventos que aparentemente ocurren después de que Cristo regrese, uno de ellos es la cena de las bodas del Cordero, sobre la cual un ángel le dijo a Juan, “Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero” (Apocalipsis 19:9). Quizás esta es la misma bendición a la que se refería el ángel cuando habló con Daniel. Si es así, esta cena gloriosa ocurrirá dos meses y medio después del regreso de Cristo.

Tal vez estos setenta y cinco días están llenos con otras cosas que sabemos ocurrirán de acuerdo a lo que está escrito en los capítulos finales de Apocalipsis, como el destino final del anticristo y el falso profeta en el lago de fuego, la derrota de Satanás, y la organización del gobierno de Cristo en su Reino mundial (ver Apocalipsis 19:20-20:4).

Jesús Responde sus Preguntas

(Jesus Answers Their Questions)

Parece que Mateo no responde la primera pregunta que hicieron los discípulos a Jesús acerca de la futura destrucción de los edificios del templo, pero Lucas sí lo hace en su evangelio (ver Lucas 21:12-24). En el evangelio de Mateo, inmediatamente comienza a hablar acerca de las señales que precederán su retorno y el final del siglo:

“respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe, porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: yo soy el Cristo, y a muchos engañarán. Oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca, pero aún no es el fin. Se levantará nación contra nación y reino contra reino; y habrá pestes, hambres y terremotos en diferentes lugares. Pero todo esto es solo principio de dolores” (Mateo 24:4-8, énfasis agregado).

Está claro desde el comienzo del sermón que Jesús creía que sus discípulos del primer siglo estarían aún vivos para ver estos eventos que precederían su retorno. Nótese cuántas veces Él usó el pronombre usted. Jesús usó el pronombre personal usted por lo menos veinte veces en el capítulo 24, por tanto, todos sus oyentes debieron haber creído que vivirían para ver lo que Jesús predijo.

Por supuesto que sabemos que cada discípulo que escuchó a Jesús ese día, murió hace mucho tiempo. Sin embargo, no debemos concluir que Jesús los estaba engañando, sino que ni Él mismo sabía el tiempo exacto de su regreso (ver Mateo 24:36). Por lo que era verdaderamente posible para los que le escucharon ese día, el estar vivos a su regreso.

Lo que más preocupaba a Jesús era el hecho de que sus discípulos no siguieran a falsos cristos, como muchos lo harían en los últimos tiempos. Sabemos que el mismo anticristo será un Cristo falso, engañando al mundo. El mundo lo considerará un salvador maravilloso.

Jesús dijo que habría guerras, hambres y terremotos, pero indicó que estos eventos no eran señales de su regreso, sino sólo “principio de dolores”. Por eso no hay problema al decir que estas señales han ocurrido durante los últimos dos mil años. Sin embargo, seguidamente Jesús habla acerca de algo que todavía no ha ocurrido.