Evangelismo Bíblico

(Biblical Evangelism)

El hecho es que ni Jesús ni ninguno de los apóstoles en el Nuevo Testamento practicó la clase de guerra espiritual que algunos dicen es lo que falta para un evangelismo efectivo hoy en día. Nunca vimos a Jesús, Pedro, Juan, Esteban, Felipe o Pablo, “derribando fortalezas”, o “atando al hombre fuerte” en las ciudades en que predicaron. Al contrario, vemos que ellos seguían al Espíritu Santo de acuerdo a donde Él quería que predicaran. Los vemos predicando un evangelio simple, llamando a la gente al arrepentimiento y a la fe en Cristo y vemos que tenían resultados maravillosos. Y en los casos en que predicaban a gente que no era receptiva al evangelio, no vemos que ellos “hicieran guerra espiritual para que Satanás no cegara más sus mentes”. Al contrario, los encontramos “sacudiéndose el polvo de sus pies” como Jesús les dijo, para luego dirigirse a otra ciudad (ver Mateo 10:14; Hechos 13:5).

Es increíble que alguien pueda haber dicho que el “derribar fortalezas” y “atar al hombre fuerte” son requisitos para un evangelismo efectivo donde hay tantos miles de ejemplos de grandes avivamientos en la historia de la iglesia donde esta llamada “guerra espiritual” nunca se practicó.

“¡Pero nuestras técnicas sirven!”, dicen algunos. “Desde que empezamos a hacer este tipo de guerra espiritual más gente ha llegado a ser salva”.

Si esto es cierto, te diré por qué. Esto es debido a que se ha hecho más evangelismo bíblico y oración bíblica al mismo tiempo, o debido a que un grupo de gente se ha vuelto más receptiva al evangelio.

¿Qué dirías tú si un evangelista te dice, “hoy en la noche, antes de que la prédica comience en el culto de avivamiento, me comeré tres bananas, y cuando predique, dieciséis personas serán salvas; ya encontré el secreto de un evangelismo efectivo, de ahora en adelante, me comeré tres bananas antes de predicar”?

Seguramente tú le dirías al evangelista, “el que comas tres bananas no se relaciona en nada con el hecho de que esas personas fueran salvas. La clave para esto fue que predicaste el mensaje del evangelio y que había dieciséis personas receptivas al evangelio.”

Dios honra su Palabra. Si Dios da una promesa, y alguien reúne las condiciones para esa promesa en particular, Dios cumplirá su promesa, aunque esta persona esté haciendo cosas que no son bíblicas.

Esto es una realidad con las prácticas de guerra espiritual que se hacen en la actualidad. Si tú empiezas a “atar al hombre fuerte” sobre tu ciudad y repartes folletos evangelísticos, un cierto porcentaje de gente será salva. Y si tú sólo repartes folletos evangelísticos sin atar al hombre fuerte sobre tu ciudad, el mismo porcentaje de gente será salva.

 

Exceso de clasificación de Espíritus Malvados

(Over-Categorizing Evil Spirits)

Más aún, es una suposición de nuestra parte el pensar que haya espíritus que se especialicen en pecados específicos. El concepto de la existencia de “espíritus de avaricia”, “espíritus de lujuria”, “espíritus religiosos”, “espíritus de contienda” y demás, no es apoyado por la Escritura, mucho menos la idea de que esas diferentes clases de espíritus existan en los altos rangos de espíritus malignos que reinan en el reino de las tinieblas.

Tan sorprendente como pueda parecer para los que nunca han estudiado los cuatro evangelios exhaustivamente, existen sólo tres clases específicas de demonios que Jesús echó fuera: Una vez se menciona un “demonio mudo” (Lucas 11:14), una vez leemos de un “espíritu mudo y sordo” (Marcos 9:25), y más de una vez encontramos la referencia a “espíritus impuros”, que parece incluir a todos los demonios que Jesús exorcizó incluyendo el espíritu “mudo y sordo” (ver Marcos 9.25).

¿Será posible que el demonio sordo y mudo pueda hacer algo más que volver a las personas sordas y mudas? No hay duda de que sí puede, porque causó que el joven de Marcos 9 tuviera ataques terribles. Por lo tanto “sordo y mudo” podría no ser una referencia a un tipo de espíritu específico sino a la manera cómo atacaba al joven. Algunos de nosotros “nos volvemos locos al categorizar demonios” y vamos más allá de la revelación bíblica.

En todo el Antiguo Testamento, los únicos espíritus específicos que se nombran que se pueden clasificar como una clase de espíritus malignos son el “espíritu de mentira” (1 Reyes 22:22-23), el “espíritu de vértigo” (espíritu de “distorsión” en otras versiones) (Isaías 19:14), y un “espíritu de fornicación” (Oseas 4:12; 5:4). En lo que se refiere a la primera y segunda clase de espíritus (“espíritu de mentira” y “espíritu de distorsión”), ciertamente todos los espíritus malignos se pueden clasificar de igual forma. En cuanto a la tercera clase de espíritu, el “espíritu de fornicación”, no se hace referencia a una clase específica de espíritu, sino simplemente a una actitud predominante.[1]

En todo el libro de los Hechos, el único momento en que se menciona a un espíritu específico es en Hechos 16:16, donde leemos acerca de una joven que tenía un “espíritu de adivinación”. Y en todas las epístolas la única clase de espíritus que se menciona es “espíritus engañadores” (1 Timoteo 4:1) lo cual, una vez más, podría referirse a cualquier espíritu maligno.

A la luz de las pocas referencias a clases específicas de demonios en la Biblia, es asombroso leer las listas modernas que contienen cientos de clases de demonios que supuestamente controlan a la gente y que dominan sobre las ciudades.

No debemos asumir que existen clasificaciones en los altos rangos de demonios por pecado específico. Es una suposición decir que, “debido a que hay muchos juegos de apuestas en esta ciudad, eso significa que hay un espíritu de juegos de apuestas dominándola”.


[1] El espíritu de celos que se menciona en Números 5:14-30, y el “espíritu de altivez” que se menciona en Proverbios 16:18 son buenos ejemplos de la palabra espíritu usada para resaltar una actitud predominante, en vez de resaltar una clase de demonio. En Números 14:24 leemos que Caleb tenía un espíritu diferente el cual se refería a la buena actitud de Caleb.

¿Espíritus Fumadores?

(Smoking Spirits?)

Piense lo tonto que es cuando alguien dice, “Debe haber muchos espíritus fumadores en esta área debido a que mucha gente aquí fuma cigarrillos”. ¿Qué estaban haciendo esos espíritus fumadores antes de que existieran esas ciudades? ¿Dónde estaban antes? ¿Qué hacían antes de que el tabaco se usara para fabricar cigarrillos? ¿La razón por la cual ahora no hay tantos fumadores, se debe a que estos espíritus se dirigen a nuevos territorios?

¿Puede ver lo tonto que es cuando decimos cosas como, “esa ciudad está controlada por espíritus de lujuria y por eso existen muchas casas de prostitución en ese lugar”? La verdad es que donde hay gente que no sirve a Cristo, existirá el reino de las tinieblas. Muchos espíritus malignos operan en el ámbito espiritual de maldad incitando a las personas a pecar y a continuar en rebelión contra Dios. Esos espíritus tentarán a la gente con todo tipo de pecado, y en algunos lugares, la gente cederá más a un tipo de pecado que a otro. Su única esperanza es el evangelio que nosotros debemos proclamar.

Aun si existieran clases específicas de espíritus que se especializan en ciertos pecados y que reinan sobre ciertas áreas geográficas, no nos serviría el saberlo, debido a que no podemos hacer nada para removerlos. Nuestra responsabilidad es orar (a la manera bíblica) por la gente que está engañada y predicarles el evangelio.

Lo único bueno de saber cuáles pecados predominan más en una ciudad es que podríamos predicar más efectivamente con mensajes de arrepentimiento que se enfoquen en esos pecados que los mantienen en rebelión contra Dios. Pero no hay necesidad de estudiar la historia de la ciudad para determinar eso. Uno sólo necesita visitar por un corto tiempo y mantener sus ojos y oídos bien abiertos. Los pecados predominantes se harán evidentes.

Finalmente, no hay ningún ejemplo en el Nuevo Testamento de alguien haciendo “geografía espiritual”, para así prepararse para hacer guerra espiritual o evangelización. Tampoco existe ninguna instrucción al respecto en las epístolas. En el Nuevo Testamento, los apóstoles seguían al Espíritu Santo en relación a dónde tenían que predicar; fielmente proclamaron el evangelio y llamaron a la gente al arrepentimiento, y confirmaban la Palabra de Dios con señales. Sus métodos funcionaron muy bien.

Este es El Plan de Dios

(This is God's Plan)

No te olvides que Dios fue el que sacó al diablo del cielo y lo envió a la tierra. Él pudo poner al diablo en cualquier otro lado del universo o encarcelarlo para siempre. Pero no lo hizo, ¿Por qué? Porque Dios quiere usar a Satanás para alcanzar su máxima meta, su meta de tener algún día una gran familia de agentes con libre albedrío que le amen, y que hayan escogido servirle.

Si Dios quería una familia de hijos que le amaran, entonces existían dos requisitos. Primero, tenía que crear gente con libre albedrío, debido a que el fundamento del amor es la libre voluntad de escoger. Los robots y las máquinas no pueden amar.

Segundo, debía probarlos en un ambiente donde ellos se enfrentarían a la opción de obedecer o desobedecer, amar u odiar a Dios. Los agentes morales libres deben ser probados. Y si van a ser probados con la lealtad, entonces debe existir una tentación de deslealtad. Por esto, empezamos a entender el porqué Dios colocó a Satanás sobre la tierra. Satanás serviría como una alternativa que la humanidad pudiera escoger. Al él se le permitiría (con ciertas limitaciones) influenciar a cualquiera que acepte sus mentiras. Todos tendrían la opción de escoger: ¿Le creeré a Dios o a Satanás? ¿Serviré a Dios o a Satanás? Ya sea que la gente se de cuenta o no, ya todos han escogido. Nuestro trabajo es motivar a la gente que ha escogido mal a arrepentirse y creer en el evangelio, tomando la decisión correcta.

¿No fue esto lo que pasó en el jardín del Edén? Dios plantó el árbol del bien y del mal allí y después prohibió a Adán y a Eva comer de él. Si Dios no quería que comieran de él, ¿por qué lo plantó en aquel lugar? La respuesta es que lo hizo para probarlos.

También notamos que Dios le permitió a Satanás tentar a Eva. De nuevo, si la lealtad debe de ser probada, debe existir la tentación de ser desleal. Satanás le mintió a Eva y ella le creyó, y así, al mismo tiempo, decidió no creer en lo que Dios le había dicho. ¿El resultado? Los primeros agentes morales libres revelaron la deslealtad que estaba en sus corazones.

De una forma similar, cada agente libre es probado a través de toda su vida. Dios se ha revelado a sí mismo a través de toda su creación, y así todos pueden ver que existe un Dios maravilloso (ver Romanos 1:19-20). Dios nos ha dado a todos una conciencia, y en nuestros corazones, sabemos lo que es bueno y lo que es malo (ver Romanos 2:14-16). A Satanás y a sus espíritus malvados se les ha permitido, en forma limitada, mentir y tentar a la gente. El resultado es que todos los agentes con libre arbitrio son probados.

La triste verdad es que todo agente moral libre se ha rebelado y ha “cambiado la verdad de Dios por la mentira” (Romanos 1:25). Podemos agradecer a Dios, sin embargo, que ha provisto un rescate por nuestros pecados y una manera de ser parte de su familia. La muerte sacrificial de Jesús es la única y suficiente respuesta a nuestro problema.

El Plan Divino de Dios Incluye a Satanás

(God's Divine Plan Includes Satan)

Satanás y sus ángeles son un ejército rebelde, pero no un ejército que esté más allá del control de Dios. Este ejército rebelde fue creado por Dios, (aunque al principio cuando fue creado no era rebelde). Pablo escribió:

“porque en él [Cristo] fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él” (Colosenses 1:16, énfasis agregado).

Jesús creó cada espíritu angelical en cada rango, incluyendo a Satanás. ¿Sabía Él que algunos se iban a rebelar? Por supuesto que sí. Entonces, ¿Por qué los creó? Porque Él usaría estos espíritus rebeldes para llevar a cabo su plan. Si no hubiera tenido propósito para ellos, simplemente los hubiera encarcelado, como se nos dice que ya lo ha hecho con algunos ángeles rebeldes (ver 2 Pedro 2:4) y como lo hará algún día con Satanás (ver Apocalipsis 20:2).

Dios tiene razones para permitir que Satanás y todos los espíritus malvados operen en la tierra. Si no las tuviera, no tendrían ninguna misión. ¿Cuáles son las razones por las que Dios permite que Satanás opere sobre la tierra? Yo no creo que haya alguien que entienda todas las razones, aun así, Dios ha revelado algunas razones en su Palabra.

Primero, Dios le permite a Satanás operar limitadamente en la tierra para llevar a cabo su plan acerca de probar a la gente. Satanás sirve como una alternativa para la humanidad. Lo sepan o no, la gente está bajo la sujeción de Dios o de Satanás. Dios le permitió a Satanás tentar a Adán y a Eva, dos personas a quien Dios les había dado libre albedrío, para así probarlos. Todos aquellos que tienen libre albedrío deben ser probados para revelar lo que hay en sus corazones, sea obediencia o desobediencia.[1]

Segundo, Dios le permite a Satanás operar limitadamente en la tierra como un agente de Su ira sobre los rebeldes. Ya he probado previamente este punto al mostrar varios ejemplos en la Escritura cuando Dios trajo juicio sobre los rebeldes por medio de espíritus malvados. Sólo el hecho de que Dios le haya permitido a Satanás reinar sobre la gente inconversa de este mundo, es una indicación de su ira sobre ellos. Dios juzga grupos de gente rebelde al permitir que otros humanos rebeldes reinen sobre ellos, y también al permitir que espíritus malvados reinen sobre ellos, para hacer sus vidas miserables.

Tercero, Dios permite que Satanás opere limitadamente sobre la tierra para glorificarse a sí mismo. “Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo” (1 Juan 3:8). Cada vez que Dios destruye una de las obras de Satanás, se glorifica su poder y su sabiduría.


[1] Este concepto se discute más ampliamente en mi libro, Las Pruebas de Dios, disponible en inglés en nuestra página de Internet, www.shepherdserve.org

 

El Campo de Batalla

(The Battle Ground)

En su mayor parte, el único poder que Satanás y sus demonios tienen es plantar pensamientos en las mentes y corazones de la gente (y aún así esto es limitado por Dios; ver 1 Corintios 10:13). Con esto en la mente, consideremos las siguientes escrituras:

“Pedro le dijo: Ananías, ¿Por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieras al Espíritu Santo y sustrajeras del producto de la venta de la heredad?” (Hechos 5:3, énfasis agregado).

“Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón que lo entregara….” (Juan 13.2, énfasis agregado).

“Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1, énfasis agregado).

“pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean también de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo” (2 Corintios 11:3, énfasis agregado).

“No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración. Luego volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia” (1 Corintios 7:5, énfasis agregado).

“Por eso también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de vuestra fe, pues temía que os hubiera tentado el tentador y que nuestro trabajo, hubiera resultado en vano” (1 Tesalonicenses 3:5, énfasis agregado).

“… a quienes el dios de este mundo les cegó el entendimiento para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4:4, énfasis agregado).

“y fue lanzado al fuego, el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero. Fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él” (Apocalipsis, 12:9, énfasis agregado).

“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla, pues es mentiroso y padre de mentira” (Juan 8:44, énfasis agregado).

Estas escrituras y otras dejan claro que el principal campo de batalla en la guerra espiritual bíblica es nuestros corazones y mentes. Satanás ataca, con pensamientos, sugerencias malvadas, ideas falsas, falsas filosofías, tentaciones, mentiras y otras estratagemas. Nuestro medio de defensa es saber, creer y actuar en la Palabra de Dios.

Es de vital importancia que entendamos que no todos los pensamientos que pensamos vienen de nosotros mismos. Satanás tiene muchos voceros que pueden hablar y ayudarle a plantar pensamientos en las mentes de la gente. Él trabaja para influenciarnos a través de periódicos, libros, televisión, revistas, radio, pensamientos de amigos y vecinos, y aun a través de predicadores. Aun el apóstol Pedro fue usado una vez como vocero de Satanás, sugiriéndole a Jesús que no era la voluntad que Él muriera (ver Mateo 16:23).

Pero Satanás y los espíritus malignos también trabajan directamente en la mente de los humanos, sin ningún intermediario humano, y los cristianos se encontrarán a veces bajo un asalto directo. Aquí es donde la guerra comienza.

Recuerdo a una querida mujer cristiana que una vez vino a confesarme un problema. Ella me dijo que cada vez que oraba, un pensamiento de blasfemias y malas palabras venía a su mente. Ella era una de las mujeres más dulces, amables y más dedicadas en mi iglesia, pero tenía un problema con pensamientos terribles.

Yo le expliqué a ella que esos pensamientos no se originaron dentro de ella, sino que ella era atacada por Satanás quien quería arruinar su vida de oración. Ella después me dijo que había dejado de orar diariamente porque tenía miedo de que esos pensamientos volvieran de nuevo. Satanás había tenido éxito.

Así que yo le dije que comenzara a orar otra vez y si esos pensamientos blasfemos venían a su mente otra vez, ella debía de enfrentarlos con la verdad de la Palabra de Dios. Si un pensamiento le decía, “Jesús es sólo un——“, ella debería decir “No, Jesús es el divino Hijo de Dios”. Si un pensamiento venía con palabras deshonestas, ella debía reemplazar esos pensamientos con alabanza a Dios, y así por el estilo.

Yo también le dije que al tener miedo de tener malos pensamientos, realmente les estaba haciendo una invitación, pues el miedo es lo contrario a la fe, pues es fe en el diablo. Al tratar de no pensar en algo, debemos pensar en ello para así tratar de no pensar más en ello.

Por ejemplo, si yo te digo, “no pienses en tu mano derecha”, tú inmediatamente pensarás en tu mano derecha al tratar de obedecerme. Entre más trates, más difícil se hace. La única forma en que no pienses en tu mano derecha es que pienses en otra cosa, por ejemplo, tus zapatos. Una vez que tus zapatos ocupen tu mente, no pensarás más en tu mano.

Yo motivé a la mujer diciéndole que no temiera, como la Biblia nos dice. Y cuando ella reconociera un pensamiento que era contrario a la Palabra de Dios, debería reemplazarlo con la Palabra de Dios.

Estoy feliz de escuchar lo que pasó cuando ella siguió mi consejo, pues en los siguientes ataques que tuvo en sus tiempos de oración, ella ganó completa victoria sobre el problema. Ella triunfó en la guerra espiritual.

También ha sido interesante para mí descubrir, al observar diferentes iglesias, que este problema es muy común. Usualmente más de la mitad de los cristianos indicaron que de vez en cuando, tenían pensamientos blasfemos mientras oraban. Satanás no es tan original.

El Engaño de Satanás, Ahora y Después

(Satan's Deception, Now and Later)

Ahora entendemos por lo menos una razón del porqué se le permite al diablo y a su ejército trabajar en este planeta: Para engañar a aquellos que aman las tinieblas.

Esta declaración se hace más clara cuando consideramos el libro de Apocalipsis. Satanás será encarcelado y atado por un ángel por mil años. ¿La razón de su encarcelamiento? “Para que no engañe más a las naciones” (Apocalipsis 20:3). Durante ese milenio, Jesús personalmente reinará sobre el mundo desde Jerusalén.

Pero después de esos mil años, Satanás será soltado por un poco de tiempo. ¿El resultado? “Y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra” (Apocalipsis 20:8).

Si Dios no quiere que Satanás engañe a la gente en ese tiempo, ¿por qué lo liberará? Sobre todo por el hecho de que Dios encarceló a Satanás “para que no engañara más a las naciones”.

Por supuesto que Dios prefiere que Satanás no engañe a nadie. Pero Dios sabe que la gente que Satanás puede engañar es la que no cree verdaderamente en lo que Dios ha dicho. Satanás sólo puede engañar a aquellos que rechazan la verdad, y es por esto que Dios le permite operar ahora, y le permitirá operar en el futuro. Cuando Satanás engaña a la gente, el corazón de la gente se hace visible, y así Dios puede “separar el trigo de la cizaña”, (ver Mateo 13:24-30).

Esto será exactamente lo que pasará al final del milenio cuando Satanás sea liberado. Él engañará a aquellos que aman las tinieblas, y éstos se unirán a su ejército alrededor de Jerusalén e intentarán derrocar a Cristo. Dios sabrá exactamente quién le ama y quién le odia, y por esto enviará inmediatamente “fuego del cielo” que “los devorará” (ver Apocalipsis 20:10). Satanás servirá a los propósitos de Dios como lo hace hoy en día. Por esta razón, entre otras, es tonto pensar que podemos “derribar espíritus territoriales”. Dios les permite operar por sus propias razones.

Corazones endurecidos

Corazones endurecidos (Callous Hearts)

En su carta a los Efesios, el apóstol Pablo explica por qué los inconversos permanecen en su incredulidad:

“Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido [quizá una referencia a la ceguera producida por Satanáspor la dureza de su corazón. Estos después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron al libertinaje para cometer con avidez toda clase de impureza” (Efesios 4:17-19, énfasis agregado).

Pablo dijo que los no salvos son excluidos de la vida de Dios por la ignorancia que está en ellos. Pero ¿por qué son ignorantes? ¿Por qué se les ha “oscurecido su entendimiento”? La respuesta es “debido a la dureza de sus corazones”. Ellos han llegado a ser “insensibles”. Esta es la principal razón del porqué la gente permanece sin ser salva.[1] Ellos cargan su misma culpa. Satanás solo suple las mentiras que ellos quieren creer.

Una parábola de Jesús nos habla perfectamente acerca de este concepto:

“El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, fue pisoteada y las aves del cielo se la comieron…..Esta es, pues, la parábola: la semilla es la Palabra de Dios. Los de junto al camino son los que oyen, pero luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra para que no crean y se salven” (Lucas 8:5, 11-12).

Note que la semilla, que representa el evangelio, cayó en el camino y fue pisoteada. No pudo penetrar el suelo donde la gente caminaba. Por esto a las aves, que representan al diablo, les fue fácil robar las semillas.

El objetivo de toda la parábola es comparar la condición de los corazones de las personas (y su receptividad a la Palabra de Dios) con varios tipos de suelo. Jesús estaba explicando por qué alguna gente cree y otra no. Todo depende de ellos mismos.

¿Cómo encaja Satanás en esto? Él sólo puede robar la palabra de aquellos que han endurecido sus corazones. Las aves en la parábola fueron solo una causa secundaria del porqué las semillas no germinaron. El primer problema se dio con el suelo que estaba duro, permitiendo así que las aves tomaran las semillas.

Lo mismo pasa con el evangelio. El problema real se debe a la dureza de los corazones de los agentes con libre arbitrio. Cuando la gente rechaza el evangelio, escogen continuar con su ceguera. Ellos prefieren creer las mentiras más que la verdad. Jesús dijo que “la luz vino al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz; porque sus obras eran malas (Juan 3:19, énfasis agregado).

La Biblia no nos lleva a creer que la gente es sincera, con buen corazón, que creerá verdaderamente en el evangelio si Satanás los deja de cegar. Al contrario, la Biblia nos pinta un cuadro muy triste acerca del carácter de los humanos, y Dios les dará responsabilidad individual por sus decisiones pecaminosas. Sentado en su trono de Juicio, Dios no aceptará ninguna excusa que diga que “el diablo me obligó a pecar”.


[1] La descripción de Pablo acerca de los no creyentes en Romanos 1:18-32 también respalda este concepto.

 

De Vuelta al Inicio

(Back to the Beginning)

Volvamos al libro de Génesis, en donde se nos presenta por primera vez al diablo. En los primeros capítulos, Satanás aparece en forma de serpiente. Si hay alguna duda de que la serpiente era el diablo, el libro de Apocalipsis 20:2 nos saca de esa duda: “Y prendió al dragón, la serpiente antigua que es el diablo y Satanás” (énfasis agregado).

Génesis 3:1 nos dice, “La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho”. Cuando piensas en lo astutas que son algunas criaturas de Dios para competir y sobrevivir y atrapar a su presa, nos damos cuenta de lo astuto que es Satanás. Por otro lado, Satanás no es omnisciente como Dios, y no debemos pensar que estamos en desventaja mental en nuestra lucha contra él. Jesús nos instó a ser “astutos como serpientes” (Mateo 10:16, énfasis agregado). Pablo dijo que no era ignorante de las maquinaciones de Satanás (ver 2 Corintios 2:11) y que tenemos la “mente de Cristo” (1 Corintios 2:16).

Satanás lanzó su primer dardo de fuego al preguntarle a Eva acerca de lo que Dios le había dicho. Su respuesta le daría a conocer a Satanás si tenía una oportunidad para engañarla y hacerla desobedecer a Dios. Satanás no tiene oportunidad al tratar de engañar a alguien que cree y obedece lo que Dios ha dicho, por lo cual toda su estrategia se basa en ideas que contradicen la Palabra de Dios.

Satanás le preguntó: “¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de ningún árbol del huerto”? (Génesis 3:1). Pareciera una pregunta inocente venida de un interlocutor casual, pero Satanás sabía exactamente cuál era su meta.

Eva le respondió: “Del fruto de los árboles del huerto podemos comer, pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: “No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis” (Génesis 3:2-3).

Eva casi no se deja engañar. De hecho, Dios nunca les prohibió tocar el árbol del conocimiento del bien y el mal, sino sólo les prohibió comer de él.

Eva ciertamente conocía bastante bien la verdad como para reconocer la mentira de Satanás al responder: “No moriréis” (Génesis 3:4). Por supuesto que eso es una contradicción insolente de lo que Dios dijo, y era improbable que Eva lo creyera de inmediato. Así que Satanás luego endulzó su mentira con una verdad, como frecuentemente lo hace, para así hacerla más fácil de tragar. Él dijo: “Dios sabe que el día que comáis de él serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y el mal” (Génesis 3:5).

Después de su mentira, Satanás realmente dijo tres cosas que eran verdad. Sabemos que una vez que Adán y Eva comieron del fruto prohibido, sus ojos fueron abiertos (Génesis 3:7) tal como Satanás lo había dicho. Es más, Dios mismo luego dijo que el hombre se había vuelto como Dios y que había conocido el bien y el mal (ver Génesis 3:22). Tome nota: Satanás frecuentemente mezcla la verdad con el error para así engañar a la gente.

Note también que Satanás denigró el carácter de Dios. Dios no quería que Adán y Eva comieran del fruto prohibido por su propio bienestar y felicidad, pero Satanás lo hizo sonar como que Dios no quería decirles algo que era muy bueno para ellos. La mayoría de las mentiras de Satanás agravia el carácter de Dios, su voluntad y sus motivos.

Desafortunadamente, la primera pareja en la tierra rechazó la verdad para creer en una mentira, y así sufrieron las consecuencias. Pero note todos los elementos de guerra espiritual moderna en su historia: la única arma de Satanás fue una mentira adornada con verdad. Los humanos se enfrentaron a una decisión entre creer lo que Dios había dicho o lo que Satanás había dicho. Creer la verdad pudo haber sido su “escudo de la fe”, pero ellos nunca lo usaron.

Cómo Orar de Acuerdo a la Escritura para una Cosecha Espiritual

(How to Pray Scripturally for a Spiritual Harvest)

¿Cómo debemos orar por la gente no salva? Primero, debemos entender que no hay instrucción en el Nuevo Testamento que nos diga que la oración salvará a la gente, ni se registra ningún ejemplo de cristiano alguno orando en esa forma. La razón es que desde el punto de vista de Dios, Él ya hizo todo lo que era necesario para que todos en la tierra fueran salvos. Él desea tanto que sean salvos que dio a su Hijo para que muriera en la cruz.

¿Pero por qué no todo el mundo se ha salvado? Por qué no todos han creído en el evangelio. Y ¿Por qué no han creído? Existen dos razones: (1) nunca han escuchado el evangelio, o (2) han escuchado el evangelio y lo han rechazado.

Por esto es que la forma bíblica para orar por el inconverso es orar para que él tenga la oportunidad de escuchar el evangelio. Por ejemplo, Jesús nos dijo, “La mies a la verdad es mucha, pero los obreros son pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies” (Lucas 10:2, énfasis agregado). Para que la gente escuche el evangelio, debe haber alguien que les predique. Por esto es que necesitamos orar a Dios para que envíe personas que prediquen a esta gente.

Cuando la iglesia primitiva oraba en relación a una cosecha espiritual, ellos oraban, “concede a tus siervos que con toda valentía hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades, señales y prodigios mediante el nombre de tu santo hijo Jesús”, (Hechos 4:29-30, énfasis agregado).

Ellos estaban orando por (1) oportunidades para proclamar el evangelio valientemente, o (2) valentía para proclamar el evangelio durante las oportunidades que ellos tendrían. Ellos también esperaban que Dios les confirmara el evangelio con sanidades, señales y maravillas. Estas son oraciones bíblicas, y note que el objetivo era darle a la gente la oportunidad de escuchar el evangelio. Dios responde a su oración: “Cuando terminaron de orar, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban con valentía la palabra de Dios” (Hechos 4:31).

¿Cómo pensaba Pablo que los cristianos debían orar en relación con la producción de una cosecha espiritual? ¿Les instruyó que oraran a Dios para que Él salvara más gente? No, leamos lo que dijo:

“Por lo demás hermanos, orad por nosotros, para que la Palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros” (2 Tesalonicenses 3:1, énfasis agregado).

“y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas, que con denuedo hable de él como debo hablar“, (Efesios 6:19-20, énfasis agregado).

Si la gente es salva o no, depende más de ellos mismos que de Dios, y así nuestras oraciones deben ser para que la gente escuche el evangelio y que Dios nos ayude a proclamarlo. Dios responderá nuestras oraciones, pero esto no garantiza que alguno se salve, porque Dios le da a la gente el derecho de tomar sus propias decisiones. Su salvación depende de su respuesta al evangelio.