El Señor quiere bondad y compasión
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El mes noveno, que es el mes de quisleu, del cuarto año* cuarto año 518 a. C. aproximadamente. de Darío como rey de Persia, Zacarías recibió otro mensaje del SEÑOR. El pueblo de Betel había enviado a Sarézer, Reguen Mélec y a sus hombres a pedirle ayuda al SEÑOR. Ellos preguntaron a los sacerdotes del templo del SEÑOR y a los profetas: «¿Debemos seguir llorando y ayunando durante el quinto mes del año como lo hemos hecho desde hace mucho tiempo?»
Entonces recibí otro mensaje del SEÑOR Todopoderoso:
«Diles lo siguiente a toda la gente de la tierra
y a los sacerdotes:
“Cuando ustedes ayunan y hacen lamentación
en el quinto y séptimo mes del año
como lo han hecho por setenta años,
en realidad no lo hacen por mí.
¿No es cierto que cuando comen y beben
lo hacen para su propia satisfacción?
¿No es esto lo mismo que el SEÑOR dijo
por medio de los primeros profetas?
¿No dijo lo mismo cuando Jerusalén
y los pueblos de alrededor estaban habitados y seguros
y cuando aún vivía gente en el Néguev y en la Sefelá?”»
Este es el mensaje que el SEÑOR le dio a Zacarías:
«Así dice el SEÑOR Todopoderoso:
Practiquen la justicia,
y sean verdaderamente justos.
Que haya bondad y compasión entre ustedes.
10 No traten mal a las viudas ni a los huérfanos,
ni a los inmigrantes ni a los pobres.
No planeen en su corazón
hacerles mal a los demás».
11 Pero ellos no quisieron prestar atención, dieron la espalda y se negaron a escuchar. 12 Endurecieron su corazón y no quisieron escuchar a los primeros profetas que les llevaban la ley y las enseñanzas del SEÑOR Todopoderoso. El SEÑOR Todopoderoso se enojó mucho. 13 Por eso, él dijo: «Ellos no quisieron escucharme cuando yo los llamé. Así que yo tampoco los escucharé cuando me pidan ayuda, dice el SEÑOR Todopoderoso. 14 Los enviaré a naciones que ni siquiera conocen. Su tierra quedará destruida y ya nadie pasará por allí. Esta rica tierra quedará convertida en ruinas».