Algunas Ideas sin Fundamento Bíblico Acerca del Bautismo

(Some Unscriptural Ideas About Baptism)

Algunos practican el bautismo al rociar unas cuantas gotas de agua sobre los nuevos convertidos. ¿Es esto correcto? La palabra bautismo traducida al griego en el Nuevo Testamento es baptizo, que literalmente significa “sumergirse”. Por lo tanto, aquellos que son bautizados en agua deben ser sumergidos en el agua y no ser simplemente rociados con unas cuantas gotas de agua. El simbolismo del bautismo cristiano, el cual estudiaremos, también apoya la idea de sumergirse.

Algunos practican el bautismo en los infantes, pero no hay ejemplos en la Escritura acerca del bautismo de un infante. Esta práctica tiene su origen en una falsa doctrina conocida como “regeneración bautismal” la idea de que una persona nace de nuevo en el momento en que es bautizada. La Escritura instruye claramente que las personas primeramente deben creer en Cristo antes de ser bautizadas. Por esto, los infantes que tienen la suficiente edad para arrepentirse y seguir los requisitos del bautismo, pueden ser bautizados, pero no los bebés o infantes menores.

Algunos dicen que aunque una persona crea en Cristo, no puede ser salva hasta que sea bautizada en agua. Esto no es verdad de acuerdo con la Escritura. En Hechos 10:44-48 y 11:17, leemos que la casa de Cornelio fue salva y bautizada en el Espíritu Santo antes de que alguno de ellos fuera bautizado en agua. Es imposible para cualquiera el ser bautizado en el Espíritu Santo y después ser salvo (ver Juan 14:17).

Algunos dicen que a menos que las personas sean bautizadas de acuerdo a su fórmula particular, no pueden ser salvas realmente. La Escritura no provee ningún ritual específico que debe ser seguido a la hora del bautismo. Por ejemplo, algunos dicen que un creyente no es salvo si ha sido bautizado “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19) en vez de “en el nombre de Jesús” (Hechos 8:16). Este tipo de gente muestra el mismo espíritu que dominaba a los fariseos, que colaban el mosquito y tragaban el camello. ¡Qué tragedia es cuando los cristianos debaten acerca de las palabras correctas para el bautismo en tanto el mundo espera para escuchar el evangelio!