El Cordero abre el rollo
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Cuando el Cordero rompió el primer sello, oí a una de las cuatro criaturas que decía con voz de trueno: «¡Ven!»+ «¡Ven!» Algunos manuscritos antiguos tienen aquí y en los versículos 3 al 8 Ven y mira. Entonces vi que delante de mí había un caballo blanco. Su jinete tenía un arco; recibió una corona y salió con ánimo triunfante para vencer una vez más.
Cuando el Cordero rompió el segundo sello, oí que la segunda criatura decía: «¡Ven!» Entonces salió otro caballo rojo como el fuego. Su jinete había recibido el poder de quitar la paz de la tierra y hacer que la gente se matara entre sí, y para ello se le dio una gran espada.
Cuando el Cordero rompió el tercer sello, oí a la tercera criatura que decía: «¡Ven!» Entonces vi delante de mí a un caballo negro y a su jinete con una balanza en la mano. Y escuché algo como una voz que salía de entre las cuatro criaturas y decía: «Un kilo* kilo Textualmente un cuartillo. de trigo, o tres kilos tres kilos Textualmente tres cuartillos. de cebada, por el salario de un día, pero que no haya escasez ni de aceite ni de vino».
Cuando el Cordero rompió el cuarto sello, oí la voz de la cuarta criatura que decía: «¡Ven!» Entonces miré y delante de mí había un caballo amarillento. Su jinete se llamaba Muerte Muerte La palabra griega para muerte también puede significar plaga., y el Hades lo seguía muy de cerca. A ellos se les dio el poder sobre la cuarta parte del mundo para matar a la gente por medio de la guerra§ guerra Textualmente la espada., del hambre, de las enfermedades y de los animales salvajes.
Cuando el Cordero rompió el quinto sello, miré debajo del altar y vi las almas de quienes habían sido asesinados por ser fieles al mensaje de Dios y al testimonio que habían recibido. 10 Gritaban muy fuerte: «Señor santo y verdadero, ¿cuándo vas a juzgar a los habitantes de la tierra y a castigarlos por habernos asesinado?» 11 Cada uno recibió una vestidura blanca y se les dijo que esperaran un poco más porque aún había algunos hermanos y siervos de Cristo que debían ser asesinados como habían sido asesinados ellos.
12 Cuando el Cordero rompió el sexto sello, miré y hubo un gran terremoto. El sol se oscureció como si estuviera de luto y la luna se puso toda roja como la sangre. 13 Las estrellas del cielo cayeron a la tierra, como los higos verdes caen de la higuera cuando soplan fuertes vientos. 14 El cielo desapareció como un pergamino que se enrolla y todas las montañas e islas se movieron de su lugar.
15 La gente se escondió en cuevas y detrás de las rocas de las montañas. Todos se escondieron: reyes, gobernantes, generales; ricos y poderosos, esclavos y libres. 16 Todos les decían a las montañas y a las rocas: «Caigan sobre nosotros y escóndannos del que está sentado en el trono y de la ira del Cordero. 17 El gran día de su ira ha llegado y nadie podrá sobrevivir».