SALMO
Cantemos con alegría
¡Vengan, cantemos con alegría al SEÑOR!
Alabemos a nuestra roca, al que nos salva.
Vayamos a su encuentro con canciones de agradecimiento;
démosle honra con alegres canciones de alabanza.
Porque el SEÑOR es gran Dios,
el gran Rey que gobierna a todos los dioses.
Las profundidades de la tierra
y las alturas de los montes le pertenecen.
El mar le pertenece, pues él lo creó;
hizo la tierra con sus propias manos.
Vengan, postrémonos, inclinémonos;
arrodillémonos ante el SEÑOR, nuestro Creador.
Él es nuestro Dios,
y nosotros somos el pueblo de su prado,
el rebaño que él cuida.
Si oyen hoy su voz, escuchen:
«No sean tercos como lo fueron
en Meribá y en Masá,* Meribá, Masá Ver Éx 17:1–7. en el desierto,
cuando sus antepasados me pusieron a prueba.
Lo hicieron, aunque habían visto mis obras.
10 Estuve disgustado con esa generación por cuarenta años.
De ellos dije: “Son un pueblo que no es leal.
No tiene en cuenta los caminos que trazo con mis enseñanzas”.
11 Así que me enojé con ellos
y juré que nunca entrarían al lugar de mi reposo».