La señal del cinturón
13
Esto es lo que me dijo el SEÑOR:
«Jeremías, ve y cómprate un cinturón de lino, colócatelo en la cintura y no lo metas en agua».
Así que compré el cinturón tal como el SEÑOR me había dicho y me lo coloqué en la cintura. Luego, el SEÑOR me dio un segundo mensaje: «Toma el cinturón que compraste y que llevas en la cintura, ve a Perat* Perat Puede referirse a una aldea cercana a Jerusalén. En Jos 18:23 esta aldea se menciona como Pará en la lista de poblaciones de la tribu de Benjamín. Pero también este nombre puede hacer referencia al río Éufrates. y escóndelo allí en una roca». Así que fui y lo escondí en Perat, tal como me lo había ordenado el SEÑOR.
Después de mucho tiempo, el SEÑOR me dijo: «Levántate, y ve a Perat y toma el cinturón que te ordené que escondieras». Así que fui a Perat, cavé y saqué el cinturón del lugar donde lo había escondido. El cinturón ya estaba podrido y no servía para nada.
Entonces el SEÑOR me dio este mensaje: «Esto dice el SEÑOR: “Así como destruí este cinturón, destruiré el esplendor de Judá y de Jerusalén, 10 pueblo perverso que se niega a escuchar mis palabras y que se guía por la terquedad de su corazón perverso. Se ha ido tras otros dioses para servirlos y adorarlos; es como este cinturón que no sirve para nada. 11 Así como uno se ajusta el cinturón a la cintura, así hice que todo el pueblo de Israel y de Judá se ajustara a mí”, dice el SEÑOR. “Yo quería que ellos fueran mi pueblo y me dieran fama, honor y gloria, pero no me obedecieron”.
Las vasijas rotas
12 »Diles también lo siguiente: “Esto dice el SEÑOR, Dios de Israel: ‘Toda jarra debe llenarse de vino’. Y ellos te dirán: ‘¡Pues claro que sabemos que toda jarra debe llenarse de vino!’ 13 Y tú les dirás que esto dice el SEÑOR: ‘Voy a embriagar a todos los habitantes de este país; a los reyes que se sientan en el trono de David, a los sacerdotes, a los profetas y a todos los habitantes de Jerusalén. 14 Haré que se hagan pedazos unos a otros, padres e hijos por igual. No habrá nada que me impida destruirlos; lo haré sin compasión y no les tendré piedad ni lástima’. Es la decisión del SEÑOR”».
Advertencia a tiempo
15 Escuchen y presten atención.
No sean orgullosos,
pues el SEÑOR lo ha dicho.
16 Den gloria al SEÑOR su Dios,
antes de que caiga la oscuridad
y sus pies empiecen a tropezar en las colinas oscuras;
antes de que él convierta en profunda oscuridad,
en densas tinieblas,
la luz que ustedes esperan.
17 Si ustedes no escuchan esto,
lloraré en secreto debido a su soberbia.
Derramaré amargas lágrimas,
porque el rebaño del SEÑOR será llevado prisionero.
18 Diles esto al rey y a la reina madre:
«Bajen de sus tronos y siéntense con el resto de la gente,
pues se les han caído de la cabeza sus hermosas coronas».
19 Las ciudades del Néguev están cerradas
y no hay nadie que las abra.
Todos los habitantes de Judá han sido expulsados de su tierra,
desterrados en su totalidad.
20 »Levanten sus ojos y vean
a los que vienen del norte.
¿Dónde está el rebaño que te fue entregado,
aquel rebaño que era tu orgullo?
21 ¿Qué dirás cuándo él nombre como tus jefes
a aquellos a quienes tú misma enseñaste?
¿No te llenarás de un dolor tan grande
como el que siente una mujer que da a luz?
22 Y si te preguntas:
“¿Por qué me sucede esto?”
Pues por tus muchos pecados,
te alzaron la falda y te violaron.
23 ¿Puede el etíope cambiar el color de su piel?
¿Puede un leopardo cambiar sus manchas?
Así mismo, ustedes no pueden hacer el bien,
estando tan acostumbrados a hacer el mal.
24 Los esparciré a ustedes por todas partes
como la paja que el viento del desierto se lleva lejos.
25 “Eso es lo que te mereces,
lo que yo planeé para ti”,
dice el SEÑOR.
»Es por haberme olvidado
y por haber confiado en dioses falsos.
26 Yo también te alzaré la falda
hasta cubrirte la cara para exponerte a la vergüenza.
27 Yo lo he visto todo,
tus infidelidades, tus relinchos,
la vergüenza de tu prostitución en las colinas
y tus horribles pecados en los campos.
¡Pobre de ti, Jerusalén!
¿Cuánto tiempo seguirás siendo impura?»