Invitación a los necesitados
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»Todos los que tengan sed,
vengan a tomar agua.
Y los que no tengan dinero,
vengan, compren y coman.
Compren vino y leche,
sin que les cueste nada, gratis.
¿Para qué gastar el dinero
en lo que no es verdadera comida?
¿Para qué desperdiciar los ingresos
en lo que no satisface realmente?
Escúchenme con atención,
así comerán bien y disfrutarán de buena comida.
Escuchen, vengan a mí.
Oigan para que vivan.
Haré un pacto eterno con ustedes,
las promesas fieles y bondadosas hechas a David.
Miren, he hecho que él sea testigo para las naciones,
gobernante y comandante de las naciones.
Fíjense, ustedes llamarán a naciones desconocidas por ustedes,
y ellas correrán a su llamado.
Porque el SEÑOR, el Dios de ustedes,
el Santo Dios de Israel les ha dado dignidad».
Busquen al SEÑOR mientras haya oportunidad de encontrarlo;
llámenlo mientras esté cerca.
Que el perverso deje de hacer el mal
y el inicuo deje sus malos pensamientos.
Que se vuelvan al SEÑOR,
y así él tendrá compasión de ellos.
Que se vuelvan a nuestro Dios,
porque él es generoso para perdonarlos.
El SEÑOR dice:
«Mis pensamientos no son como los de ustedes,
ni tampoco mi manera de obrar.
Porque así como el cielo está tan arriba de la tierra,
de igual manera mi manera de obrar es tan diferente a la de ustedes.
Mis pensamientos son más altos que los suyos.
10 La lluvia y la nieve caen de los cielos
y no se regresan, sino que humedecen la tierra,
la fecundan y la hacen germinar,
dando semilla al campesino y comida a la gente.
11 Así también pasa con mi mensaje,
no volverá a mí vacío,
sino que hará lo que yo quiero
y cumplirá bien el propósito para el que lo envío.
12 Porque ustedes saldrán con alegría
y serán guiados en paz.
Los montes y colinas estallarán en cantos de alegría ante ustedes
y todos los árboles del campo aplaudirán.
13 En lugar de espinos, crecerán pinos;
en lugar de ortigas, arrayanes.
Todo ello será en honor al SEÑOR;
una señal eterna, indestructible».