Gehena

(Gehenna)

Hoy, cuando los cuerpos de los justos mueren, sus espíritus/almas van directamente al cielo (ver 2 Corintios 5:6-8; Filipenses 1:21-23; 1 Tesalonicenses 4:14).

Los injustos todavía van al Seol/Hades donde son atormentados y esperan hasta la resurrección de sus cuerpos, para su juicio final donde serán lanzados al lago de fuego, un lugar que es diferente y está separado del Seol/Hades.

Este lago de fuego también se describe algunas veces como infierno, la palabra griega Gehenna. Esta palabra es un derivado de un botadero de basura en Jerusalén en el valle de Hinom, infestado de gusanos, parte del cual humeaba y ardía con fuego.

Cuando Jesús habló acerca de Gehenna, se refería a un lugar donde la gente iba a ser arrojada. Por ejemplo, Él dice en el evangelio de Mateo:

“Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala y échala de ti, pues mejor es que se pierda uno de sus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno (Gehenna)….No temáis a los que matan el cuerpo pero el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno (Gehenna)” (Mateo 5:30, 10:28, énfasis agregado).

Gehenna y Hades no pueden ser el mismo lugar porque la Escritura dice que el injusto es enviado al Hades como almas sin cuerpo. Será solo hasta después de los mil años del reinado de Cristo cuando los cuerpos de los injustos resuciten y enfrenten el juicio de Dios y entonces serán lanzados al lago de fuego, o Gehenna (ver Apocalipsis 20:5, 11-15). Más aún, un día el Hades mismo será lanzado en ese lago de fuego (ver Apocalipsis 20-14), de modo que debe ser un lugar diferente al lago de fuego.