¿Fue Jesús al Seol/Hades?

(Did Jesus Go to Sheol/Hades?)

Tomemos en cuenta el Salmo 16:10 y la cita de Pedro en Hechos 2:27, dos versos que indican que el Seol y Hades son el mismo lugar. De acuerdo al sermón de pentecostés de Pedro, David no hablaba de sí mismo en el Salmo 16:10, sino que, proféticamente, hablaba de Jesús, porque el cuerpo de David, a diferencia del de Jesús, fue sepultado (ver Hechos 2:29:31). Esto quiere decir, que realmente era Jesús hablando a su Padre en el Salmo 16:10, declarando en fe que su Padre no abandonaría su alma en el Seol ni permitiría que su cuerpo viera corrupción.

Algunos interpretan esta declaración de Jesús como prueba de que su alma fue al Seol/Hades durante los tres días entre su muerte y resurrección. Sin embargo, esto no está muy claro. Veamos de nuevo exactamente lo que Jesús le dijo a su Padre:

“porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción” (Salmos 16:10).

Jesús no le dijo a su Padre, “yo se que pasaré algunos días en el Seol/Hades, pero creo que no me abandonarás ahí”. Al contrario Él dijo, “Yo creo que cuando muera, no seré tratado como el injusto, ni mi alma será abandonada en el Seol/Hades. No pasaré ni un minuto allí. No, yo creo que tu plan es resucitarme en tres días, y no vas a permitir que mi cuerpo vea corrupción”.

Esta interpretación está ciertamente garantizada. Cuando Jesús dijo, “no permitirás que tu santo vea corrupción”, no interpretamos eso cómo que el cuerpo de Jesús fue progresivamente decayendo hasta que fue restaurado en la resurrección. Al contrario, lo interpretamos diciendo que su cuerpo nunca vio corrupción desde el tiempo de su muerte hasta su resurrección.

De la misma manera, su declaración acerca de que su alma no sería abandonada en el Seol/Hades no necesita ser interpretada como que Él se quedó en el Seol/Hades por unos días o que fue abandonado allí.[1] Más bien, debe de ser interpretada como que su alma nunca recibiría el trato de un injusto que sería abandonado en el Seol/Hades. Su alma nunca pasaría ni un minuto allí. Note también que Jesús dijo, “no abandonarás mi alma en el Seol”.


 

[1] Aquellos que concuerdan con tal interpretación, deben basarse en dos teorías. Una es la teoría que dice que el seol era el nombre de un lugar para el justo y el injusto después de su muerte que se dividía en dos compartimentos, un lugar de tormento y un paraíso al cual Jesús fue. La otra teoría es que Jesús padeció los tormentos de ese lugar por tres días y tres noches en los fuegos del Seol/Hades sufriendo las penalidades del pecado como nuestro sustituto. Ambas teorías son difíciles de probar en la Escritura, y no es necesario comprobarlas si Jesús nunca estuvo en este lugar. Eso es lo que su declaración realmente significa. Con respecto a la segunda teoría, Jesús no sufrió los tormentos en ese lugar por tres días y tres noches entre su muerte y resurrección, porque nuestra redención fue realizada por medio de sus sufrimientos en la Cruz (ver Colosenses 1:22), no por medio de sus sufrimientos en el Seol/Hades.