Más Bendiciones en Cristo

(More Blessings in Christ)

“Porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gálatas 3:26, énfasis agregado).

¿No es maravilloso saber que somos verdaderamente los hijos de Dios, nacidos de su Espíritu? Cuando venimos a Él en oración, llegamos a Él no sólo como nuestro Dios, sino como nuestro Padre.

“pues somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas” (Efesios 2:10, énfasis agregado).

Dios no sólo nos ha creado, también nos creó de nuevo en Cristo Jesús. Además, Dios ha predestinado un ministerio para cada uno de nosotros, “buenas obras….preparadas de antemano”. Cada uno de nosotros tiene un destino divino único.

“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en él” (2 Corintios 5:21, énfasis agregado).

Debido a que estamos en Cristo, la justicia que poseemos es realmente la justicia de Dios. Esto se debe a que Dios está en nosotros y nos transforma por medio de su Espíritu Santo. Nuestras buenas obras son realmente las buenas obras de Dios por medio de nosotros.

“Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37, énfasis agregado).

¿Qué son “estas cosas” de las que Pablo escribió? Los versos en Romanos que preceden a este verso revelan las pruebas y sufrimientos que experimentan los cristianos. Aún en medio del martirio somos victoriosos, aunque el mundo nos considere victimas. ¡Somos más que vencedores por medio de Cristo porque cuando morimos, iremos al cielo!

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13, énfasis agregado).

A través de Cristo, nada es imposible para nosotros, porque Dios nos da la habilidad y la fuerza. Podemos hacer cualquier tarea que Él nos de.

“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19, énfasis agregado).

Podemos esperar que Dios supla nuestras verdaderas necesidades si buscamos primero su Reino. ¡El Señor es nuestro pastor y Él cuida de sus ovejas!