Los Temores Comunes

(Common Fears)

Alguna gente se preocupa de que al pedir el Espíritu Santo, en vez de que esto suceda, puedan abrirle la puerta a un espíritu demoníaco. Sin embargo, no existe ninguna base para este argumento. Jesús prometió,

“¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide pescado, en lugar de pescado le dará una serpiente? ¿O si le pide huevo le dará un escorpión? “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”(Lucas 11: 11-13).

Si pedimos el Espíritu Santo, Dios nos dará el Espíritu Santo, y no debemos temer que recibiremos algo diferente.

Algunos se preocupan de que al hablar en lenguas, sean ellos mismos los que inventen lenguas sin sentido, en vez de ser un lenguaje sobrenatural dado por el Espíritu Santo; sin embargo, si intentas inventar una lengua creíble antes de ser bautizado por el Espíritu Santo, verás que es imposible. Por otro lado, debes entender que si vas a hablar en otras lenguas, deberás usar tus labios, lengua y cuerdas vocales. El Espíritu Santo no habla por ti, Él sólo te da el lenguaje. Él es quien nos ayuda, no quien hace todo. Debes ser tú el que habla, como la Biblia lo enseña:

“Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablaran” (Hechos2:4, énfasis agregado).

“y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo y hablaban en lenguas y profetizaban” (Hechos 19:6, énfasis agregado).

Después de que un creyente ha pedido el don del Espíritu Santo, debe creer y esperar que hable en lenguas. Debido a que el Espíritu Santo se recibe por fe, la persona no debe esperar o experimentar algún sentimiento o sensación física. Simplemente debe abrir su boca y hablar las sílabas y sonidos nuevos que serán parte del lenguaje que el Espíritu Santo le está dando. Si el creyente no empieza a hablar por fe, ninguna lengua saldrá de su boca. Él tiene que empezar a hablar, y el Espíritu santo le proveerá el lenguaje.