Un Edificio llamado Iglesia

(Church Buildings)

¿Qué podemos decir acerca de los edificios llamados iglesias? Son, sin duda, algo “esencial” hoy día, pero la iglesia primitiva no tuvo necesidad de ellos. ¿Ayudan estos edificios al proceso de hacer discípulos?

Cuando yo era pastor, frecuentemente me sentía más como un corredor de bienes raíces, banquero, contratista general y como un recolector de fondos profesional. Yo había soñado con edificios, buscado edificios, remodelado edificios, rentado edificios, construí nuevos edificios y los reparé cuando Dios mandaba su lluvia a través de las goteras. Los edificios consumen mucho tiempo y energía. La razón por la que yo me involucré tanto en estos edificios era porque yo tenía la certeza, como muchos otros pastores, que no había forma de tener éxito sin un edificio, un lugar para que la gente se reuniera.

Los edificios también consumen dinero, mucho dinero. (En los Estados Unidos, algunas congregaciones gastan diez millones de dólares en sus edificios).

Después de que cumplí mis sueños acerca del edificio, empecé a soñar con el día en que la hipoteca de mi edificio se cancelaría, y así podría utilizar este dinero para el ministerio. Una vez, mientras estaba enseñando a mi congregación a tener una buena mayordomía del dinero y salir de deudas, me di cuenta que yo había puesto a toda la congregación en una gran deuda junto conmigo por el edificio (ciertamente yo estaba enseñando con mi ejemplo).

La mayoría de edificios para iglesias se usan una o dos veces por semana, ¿Qué otra organización en el mundo entero construye edificios que se van a usar por tan poco tiempo? (respuesta: Sólo sectas y religiones falsas).

Este desperdicio de dinero causa muchos problemas. Un pastor con un gran edificio siempre necesitará una gran cantidad de dinero, y esto afecta lo que él hace. Se siente tentado a gratificar a los adinerados (que generalmente ofrendan sin ningún sacrificio), a comprometer la enseñanza para que no ofenda a algunos, y a veces a torcer la Escritura con el fin de que ésta se ajuste a sus necesidades. Sus sermones giran alrededor de temas que no obstaculicen el flujo del dinero con el fin de aumentar los ingresos. Por esto algunos cristianos comienzan a pensar que los aspectos más importantes para ser un creyente son (1) Pagar los diezmos (lo que Jesús dijo que era un mandamiento menor) y (2) asistir a la iglesia (donde se recogen los diezmos semanalmente). Difícilmente este es el panorama para hacer discípulos. Sin embargo, hay muchos pastores que sueñan con tener una congregación en la que todos hagan únicamente estas dos cosas. Si un pastor tuviera una congregación donde por lo menos la mitad de la gente hiciera estas dos cosas, ¡podría escribir libros y vender sus secretos a millones de pastores!

Los hechos revelan esto: En ninguna parte del libro de los Hechos se habla de congregaciones comprando o construyendo edificios. En su mayoría, los creyentes se reunían en casas.[1] Nunca hubo colectas de fondos para edificios. No hay ninguna instrucción acerca de la construcción de edificios en las Epístolas dirigidas a las iglesias. Es más, nadie pensó en construir un edificio para la iglesia hasta después de que la cristiandad había existido por trescientos años, cuando la iglesia se unió al mundo por un decreto de Constantino. ¡Trescientos años!, ¡piense qué período de tiempo tan largo es este! y en ese tiempo la iglesia floreció y se multiplicó exponencialmente, aún en tiempos de persecución intensa, y todo eso sin edificios. Este fenómeno se repitió varias veces en los siglos que siguieron. Ha sucedido en China recientemente. Probablemente hay alrededor de más de un millón de iglesias en las casas en China.


[1] Ver hechos 2:2, 46; 5:42; 8:3; 12:12; 16:40; 20:20; Romanos 16:5; 1 Corintios 16:19; Colosenses 4:15; Filemón 1:2; 2 Juan 1:10.