Una Comparación de Métodos, Antiguos y Modernos

(A Comparison of Methods, Ancient and Modern)

Si la meta es obedecer a Jesús y hacer discípulos, ¿no sería sabio seguir sus métodos para hacer discípulos? Pues a Él le funcionaron muy bien. También estos métodos fueron de gran ayuda para los apóstoles que siguieron a Jesús.

Pero ¿con qué eficacia están trabajando los métodos modernos para hacer discípulos obedientes a todos los mandamientos de Cristo? Cuando los estudios acerca de los cristianos estadounidenses, por ejemplo, muestran repetidamente que no existe una clara diferencia entre los estilos de vida de los cristianos comparándolos con los no cristianos, es porque tal vez es tiempo de hacernos algunas preguntas y reexaminar la Escritura.

Aquí hay una pregunta que debemos hacernos: ¿ Cómo fue que la iglesia primitiva tuvo tanto éxito en hacer discípulos sin tener ningún edificio para la iglesia, entrenamiento profesional, escuela bíblica y seminarios, himnos y proyectores de pantalla, micrófonos inalámbricos y grabadoras, planes de estudio para escuela dominical y ministerios para jóvenes, grupos de alabanza y coros, computadoras y máquinas de fotocopiado, emisoras de radio cristianas, canales de televisión cristianos, cientos de miles de libros cristianos y Biblias personales? Ellos no necesitaron estas cosas para hacer discípulos, ni tampoco Jesús. Debido a que estas cosas no fueron esenciales en aquel tiempo, no son esenciales ahora. Estos pueden ser de gran ayuda, pero no esenciales. Inclusive muchas de estas cosas pueden y de hecho nos apartan del objetivo de hacer discípulos. Déjeme darle dos ejemplos.

Primero consideremos el método moderno de tener sólo pastores entrenados en escuelas bíblicas o seminarios para guiar a las iglesias. Esto era un concepto desconocido para Pablo. En algunas ciudades donde él fundó iglesias, luego de hacerlo se iba por varias semanas o meses y regresaba para nombrar ancianos para supervisarlas (ver, por ejemplo, Hechos 13:14-14:23). Esto quiere decir que estas iglesias, sin la presencia de Pablo, por algunas semanas o meses no tenían un liderazgo de ancianos formal, y que la mayoría de los ancianos eran creyentes recién convertidos que Pablo nombraba. No contaban con una educación formal de dos a tres años que los preparara para su trabajo.

De esta manera, la Biblia enseña que los pastores/ancianos/superintendentes no necesitan dos o tres años de educación formal para tener un ministerio efectivo. Nadie puede contradecir este hecho inteligentemente. Sin embargo, el requisito moderno envía continuamente un mensaje a cada creyente: “Si quieres ser un líder en la iglesia, necesitas dos años de educación formal. Esto hace más lenta la creación de líderes, lo cual retrasa el proceso de hacer discípulos, que a su vez retrasa la expansión de la iglesia. Me pregunto, ¿ Qué tan saturado tendrían su mercado las compañías norteamericanas Avon y Amway si enviaran a cada uno de sus vendedores con sus familias a mudarse a otra ciudad para recibir tres años de entrenamiento antes de que sean capaces de vender un jabón o un perfume?

“Pero pastorear es una tarea muy difícil y compleja” algunos dirían. “la Biblia dice que no debemos poner a un nuevo convertido a supervisar a otro” (ver 1 Timoteo 3:6).

Primero, examinemos la definición de un nuevo convertido, que claramente es diferente a la definición de Pablo, porque él designaba a personas que sólo tenían unos meses de ser creyentes, para cargos de anciano, pastor o superintendente.

Segundo, una razón por la que al pastor moderno se le hace tan difícil y complejo el pastorear, es porque todo nuestro modelo de estructura de ministerio e iglesia es muy diferente al modelo bíblico. Lo hemos hecho tan complejo, que ¡sólo unos cuantos super-humanos pueden sobrevivir estas demandas!

“¡Pero Dios no lo permita que una iglesia fuera dirigida por alguien sin una educación en una escuela bíblica o seminario!”. Otros dirían, “un líder sin entrenamiento puede llevar su rebaño a una falsa enseñanza”. Esto aparentemente no preocupaba a Pablo. El hecho es que hoy en día contamos con clérigos entrenados en escuelas bíblicas y seminarios que no creen en el nacimiento virginal de Jesús, que aprueban la homosexualidad, que enseñan a la gente que Dios quiere que todos tengamos autos de lujo, que enseñan que Dios ha predestinado a algunas personas a ser condenadas, y que dicen sin pestañear, que uno puede ir al cielo sin obedecer a Cristo. Los seminarios y escuelas bíblicas modernas frecuentemente han servido para aumentar las falsas doctrinas, y el clérigo profesional las ha aumentado todavía más.

Los “plebeyos” que están en la iglesia tienen miedo de desafiarlos, porque los profesionales han estado en seminarios y pueden tener más “textos de prueba”. Aún más, estos profesionales han definido y dividido sus iglesias del resto del cuerpo de Cristo por sus doctrinas peculiares, hasta el punto de promoverlas con los nombres que ponen al frente de sus iglesias enviando un mensaje al mundo que dice: “Nosotros no somos como esos otros cristianos”. Además de esto, ellos etiquetan a cualquiera que no esté de acuerdo con su intachable y contradictoria doctrina con el nombre de “Divisor”. La Inquisición está muy viva y sana, dirigida por hombres con títulos. ¿Es este el ejemplo que Jesús quiere que se establezca de parte de aquellos que supuestamente están haciendo discípulos y que son conocidos en el mundo por su amor al prójimo?

Ahora, los cristianos escogen las iglesias basados en sus doctrinas particulares y el tener la teología correcta se ha convertido en lo más importante en vez de tener un estilo de vida correcto, todo esto porque el modelo bíblico se ha abandonado.


[1] El énfasis moderno sobre un entrenamiento profesional es en muchas formas un síntoma para una larga enfermedad, que está comparando el conocimiento con el crecimiento espiritual. Pensamos que la persona que sabe más, es más madura espiritualmente, aunque así no lo sea, por su orgullo basado en todo lo que sabe. Pablo escribió: “el conocimiento envanece, pero el amor edifica” (1 Corintios 8:1). Seguramente la persona que escucha cada día conferencias aburridas por dos o tres años, ¡estará listo para dar semanalmente conferencias aburridas!