La Fuente de Nuestra Fuerza Espiritual

(The Source of Our Spiritual Strength)

Primero se nos dice que, “Fortaleceos en el Señor y en su fuerza poderosa” (Efesios 6:10). El énfasis está en el hecho de que no debemos fortalecernos en nuestras propias fuerzas sino en las de Dios. Esto lo vemos también en el siguiente verso, “Vestíos de toda la armadura de Dios” (Efesios 6:11a). Esta es la armadura de Dios, no nuestra armadura. Pablo no dice que Dios mismo está usando una armadura, sino que nosotros necesitamos la armadura que Dios nos ha provisto.

¿Por qué necesitamos la armadura que Dios nos ha dado? La respuesta es, “para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo” (Efesios 6:11b). Esta armadura es primeramente para nuestra defensa, y no para la ofensa. No se usa para derribar espíritus que están sobre las ciudades. Se usa para estar firmes contra los ataques del diablo.

Leemos que el diablo tiene planes malvados para atacarnos, y si no usamos la armadura de Dios, somos vulnerables a esos ataques. Note también que es nuestra responsabilidad el ponernos la armadura de Dios, no es la responsabilidad de Dios.

Continuemos:

“porque no tenemos lucha contra carne ni sangre, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12).

Aquí se nos hace más claro que Pablo no está hablando acerca de una batalla física o material, sino de una batalla espiritual. Estamos en lucha contra varios rangos de espíritus malvados de los que Pablo nos habla. La mayoría de los lectores asumen que Pablo habló de esos rangos espirituales comenzando desde los que tienen menos autoridad hasta llegar a los que tienen más autoridad: principados, los de clase más baja, hasta las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes, los de clase o rango más alto.

¿Cómo podemos luchar contra seres espirituales? Esta pregunta se puede contestar con esta otra pregunta, ¿Cómo pueden atacarnos los seres espirituales? Ellos nos atacan principalmente con tentaciones, pensamientos, sugerencias, e ideas que contradicen la Palabra y la voluntad de Dios. Por lo tanto, nuestra defensa es el saber, creer y obedecer la Palabra de Dios.

“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo y, habiendo acabado todo, estar firmes” (Efesios 6:13).

Note de nuevo, que el Propósito de Pablo es equiparnos para resistir y oponernos a los ataques de Satanás. Su propósito no es equiparnos para salir y atacar a Satanás y destruir a los espíritus malvados de la atmósfera. Tres veces en este pasaje Pablo nos exhorta a estar firmes. Nuestra posición es defensiva, no ofensiva.