El Engaño de Satanás, Ahora y Después

(Satan's Deception, Now and Later)

Ahora entendemos por lo menos una razón del porqué se le permite al diablo y a su ejército trabajar en este planeta: Para engañar a aquellos que aman las tinieblas.

Esta declaración se hace más clara cuando consideramos el libro de Apocalipsis. Satanás será encarcelado y atado por un ángel por mil años. ¿La razón de su encarcelamiento? “Para que no engañe más a las naciones” (Apocalipsis 20:3). Durante ese milenio, Jesús personalmente reinará sobre el mundo desde Jerusalén.

Pero después de esos mil años, Satanás será soltado por un poco de tiempo. ¿El resultado? “Y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra” (Apocalipsis 20:8).

Si Dios no quiere que Satanás engañe a la gente en ese tiempo, ¿por qué lo liberará? Sobre todo por el hecho de que Dios encarceló a Satanás “para que no engañara más a las naciones”.

Por supuesto que Dios prefiere que Satanás no engañe a nadie. Pero Dios sabe que la gente que Satanás puede engañar es la que no cree verdaderamente en lo que Dios ha dicho. Satanás sólo puede engañar a aquellos que rechazan la verdad, y es por esto que Dios le permite operar ahora, y le permitirá operar en el futuro. Cuando Satanás engaña a la gente, el corazón de la gente se hace visible, y así Dios puede “separar el trigo de la cizaña”, (ver Mateo 13:24-30).

Esto será exactamente lo que pasará al final del milenio cuando Satanás sea liberado. Él engañará a aquellos que aman las tinieblas, y éstos se unirán a su ejército alrededor de Jerusalén e intentarán derrocar a Cristo. Dios sabrá exactamente quién le ama y quién le odia, y por esto enviará inmediatamente “fuego del cielo” que “los devorará” (ver Apocalipsis 20:10). Satanás servirá a los propósitos de Dios como lo hace hoy en día. Por esta razón, entre otras, es tonto pensar que podemos “derribar espíritus territoriales”. Dios les permite operar por sus propias razones.