La Última Revelación de Daniel

(Daniel's Last Revelation)

Otro pasaje interesante de Daniel que todavía no hemos considerado se encuentra en los trece versos finales de este sorprendente libro. Éstas son palabras pronunciadas a Daniel por un ángel. Leámoslo a continuación junto con mis comentarios:

“En aquel tiempo se levantará Miguel [el ángel], el gran príncipe que está de parte de los hijos del pueblo. Será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces [esta sería la misma aflicción de la que Jesús habló en Mateo 24:21]; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro [esto puede ser una referencia a la huída de los judíos o al rescate de los creyentes en el rapto]. Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados: unos para vida eterna, otros para vergüenza y confusión perpetua [la resurrección de los justos y los injustos]. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas, a perpetua eternidad [después de su resurrección los justos recibirán un nuevo cuerpo que brillará con la gloria de Dios]. Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá y la ciencia aumentará [los avances asombrosos en el transporte y en conocimiento durante el siglo pasado cumplen de la misma manera esta profecía].

Yo, Daniel, miré y vi a otros dos que estaban en pie, uno a este lado del río y el otro al otro lado. Y dijo uno al varón vestido de lino que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuándo será el fin de estas maravillas? Oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su mano derecha y su mano izquierda al cielo y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo [tres años y medio de acuerdo con lo que leemos en Apocalipsis 12:6 y 12:14]. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas se cumplirán [Como Daniel 7:25 nos dijo acerca de que los santos estarían en las manos del anticristo por tres años y medio, aquí parece obvio que estos son los últimos tres años y medio de los siete años de tribulación. El final de todos los eventos dichos por el ángel ocurrirá cuando el “poder de los santos” sea “quebrantado”.] Yo oí, pero no entendí. Dije entonces: Señor mío, ¿Cuál será el fin de estas cosas? Él respondió: anda Daniel pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán limpios, emblanquecidos y purificados [por medio de la tribulación, sin duda]; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá; pero los entendidos comprenderán. Desde el tiempo en que sea quitado el sacrificio continuo hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días [esto no se debe interpretar como el tiempo entre estos dos eventos, porque ambos ocurren a la mitad de los siete años. Más bien, debe interpretarse que desde el momento en que estos dos eventos se lleven a cabo, habrá 1,290 días hasta que algo muy importante ocurra al final. Mil doscientos noventa días son 30 días más que tres años y medio de 360-días año, un periodo que repetidamente es mencionado en los pasajes proféticos de Daniel y Apocalipsis. El por qué se añaden estos 30 días extra es un asunto de especulación. Para agregar más a este misterio, el ángel le dijo a Daniel:] Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días [así que ahora tenemos otros cuarenta y cinco días de misterio]. En cuanto a ti, tú irás hasta el fin y reposarás, y te levantarás [la propia promesa de resurrección de Daniel] para recibir tu heredad al fin de los días” (Daniel 12:1-13).

Obviamente, algo muy maravilloso ocurrirá al final de esos 75 días extra. Tendremos que esperar para ver.

Sabemos al leer los últimos capítulos de Apocalipsis que hay muchos eventos que aparentemente ocurren después de que Cristo regrese, uno de ellos es la cena de las bodas del Cordero, sobre la cual un ángel le dijo a Juan, “Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero” (Apocalipsis 19:9). Quizás esta es la misma bendición a la que se refería el ángel cuando habló con Daniel. Si es así, esta cena gloriosa ocurrirá dos meses y medio después del regreso de Cristo.

Tal vez estos setenta y cinco días están llenos con otras cosas que sabemos ocurrirán de acuerdo a lo que está escrito en los capítulos finales de Apocalipsis, como el destino final del anticristo y el falso profeta en el lago de fuego, la derrota de Satanás, y la organización del gobierno de Cristo en su Reino mundial (ver Apocalipsis 19:20-20:4).